Bajo la luz naranja
¿A dónde vas?
Caminas bajo la luz naranja;
Andas mirando al suelo
Con los ojos color
A tardes de verano frías
En las que nubes perezosas
Habitan cielos antaño despejados.
Deambulas buscando el portal
De tu hogar que olvidaste.
Y anhelas, con fortuna,
Encontrar esa puerta
Que te resulte familiar.
Y yo te observo,
Desde la ventana, al distraída pasar
Junto a mi olvidado portal.
Portal que un día decoraste
Con amapolas y lavanda
De los campos florecidos
Tras la valla de nuestro hogar.
Te añoro tanto
Por lo que me diste,
Por lo que me quitaste.
Pero me faltan fuerzas
Para hacer algo más
Que suspirar frente al cristal.
¿Qué te pasó?,
¿Cuándo te perdí?
Amapolas y lavanda fresca
Decoraban mi portal.
Y tú ahora solo te fijas
En las nubes tristes
Que descansan encima de ti.
Concededme un deseo,
Guiadla hacía mi hogar.
Pero las nubes tristes
Descansan encima de ti.
Déjalo para mañana niño…
Que tu inocencia descansa
Lejos de ella.
Y el vaho tiñe los cristales
Al suspirar frente a la ventana.
Oigo gritos a lo lejos,
Graznidos de furiosos pájaros
Enormes que se quejan a las nubes.
Concededle un deseo, uno solo,
Para que nos deje dormir.
¿Por dónde andas hoy?
¿Hacia dónde te diriges
Por ese camino empapado?
Escucho las quejas a lo lejos
Y nubes que truenan
Negándose a negociar.
Concilia el sueño niño,
Déjanos ya dormir.
Dejadme antes que os diga
Que mientras siga soñando
Con ella en mi regazo
Mis manos seguirán en el cristal.
Que mientras siga luciendo
Vestidos del color de la miel
Le seguiré siendo fiel
Y desde mi ventana seguiré esperando.
Qué queréis acaso,
No veis que es necesario
Para mí su lealtad.
A casa me queréis el fracaso,
Viendo pasar a diario
Alejarse a Felicidad.
Pero tú andas bajo la luz naranja
Con la mirada perdida
Lejos de mi hogar.
Esperando el día ansiado
En que una puerta extraña
Te resulte familiar.
Seguiré esperando,
Con la mano en el cristal,
A que decores de nuevo,
Con amapolas y lavanda, mi portal.
Caminas bajo la luz naranja;
Andas mirando al suelo
Con los ojos color
A tardes de verano frías
En las que nubes perezosas
Habitan cielos antaño despejados.
Deambulas buscando el portal
De tu hogar que olvidaste.
Y anhelas, con fortuna,
Encontrar esa puerta
Que te resulte familiar.
Y yo te observo,
Desde la ventana, al distraída pasar
Junto a mi olvidado portal.
Portal que un día decoraste
Con amapolas y lavanda
De los campos florecidos
Tras la valla de nuestro hogar.
Te añoro tanto
Por lo que me diste,
Por lo que me quitaste.
Pero me faltan fuerzas
Para hacer algo más
Que suspirar frente al cristal.
¿Qué te pasó?,
¿Cuándo te perdí?
Amapolas y lavanda fresca
Decoraban mi portal.
Y tú ahora solo te fijas
En las nubes tristes
Que descansan encima de ti.
Concededme un deseo,
Guiadla hacía mi hogar.
Pero las nubes tristes
Descansan encima de ti.
Déjalo para mañana niño…
Que tu inocencia descansa
Lejos de ella.
Y el vaho tiñe los cristales
Al suspirar frente a la ventana.
Oigo gritos a lo lejos,
Graznidos de furiosos pájaros
Enormes que se quejan a las nubes.
Concededle un deseo, uno solo,
Para que nos deje dormir.
¿Por dónde andas hoy?
¿Hacia dónde te diriges
Por ese camino empapado?
Escucho las quejas a lo lejos
Y nubes que truenan
Negándose a negociar.
Concilia el sueño niño,
Déjanos ya dormir.
Dejadme antes que os diga
Que mientras siga soñando
Con ella en mi regazo
Mis manos seguirán en el cristal.
Que mientras siga luciendo
Vestidos del color de la miel
Le seguiré siendo fiel
Y desde mi ventana seguiré esperando.
Qué queréis acaso,
No veis que es necesario
Para mí su lealtad.
A casa me queréis el fracaso,
Viendo pasar a diario
Alejarse a Felicidad.
Pero tú andas bajo la luz naranja
Con la mirada perdida
Lejos de mi hogar.
Esperando el día ansiado
En que una puerta extraña
Te resulte familiar.
Seguiré esperando,
Con la mano en el cristal,
A que decores de nuevo,
Con amapolas y lavanda, mi portal.
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