Florecidos colores en el aire
Vuela el abejaruco cortés
Surcando prados de bellas flores,
Sobrevolando jugosos huertos
De altruistas aldeanos.
Sueña con su hogar,
Donde acurrucarse entre amor,
Con su redondo nido acogedor
Junto al árbol más alto del pinar.
Y ante el dolor de tal espina,
Desea, desde el llanto más profundo,
Tener un dueño como excusa
Para dejar su fiel destino.
Que reza, para perdonar
Tal impuro pensamiento;
Para conciliar el sueño
Y para olvidar su piar.
Caprichoso destino el que te condena
A volar sin mirar atrás.
Sin albedrío para evitar migrar
Lejos de tu hogar.
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